Muchas veces me pregunto las razones de la vida porque aparecen personas en las que confiamos y entregamos nuestro tiempo y energía al completo le abrimos la puerta de nuestra vida y les dejamos entrar en nuestro mundo haciéndolos parte de nosotros y lo mismo que el humo se evaporan sin una razón, ni una despedida, sin explicación, ni causa, dejándonos una multitud de conceptos repletos de interrogantes. ¿Que hice? ¿Porque a mí? ¿Qué sucedió? ¿Que buscaba? En verdad nos queda tan solo una respuesta por muy agria que sea y se llama realidad, esas personas llegan nos ofrecen su manos, nos utilizan y sin más miramientos lo mismo que llegaron, cuando ya lograron lo que querían se marchan. Está muy claro ya no nos necesitan y es mejor lejos que aceptar su verdad.
Pero a pesar de que es una parte de la vida incomprendida y nos utilizan y toman nuestras ideas, criterios y conceptos, entre otras cosas, utilizando hasta nuestras propias palabras, de poco les vale. Porque como decía mi abuela, para el buen labrador la tierra no tiene secretos, pero aquel que siembra sobre tierra con semilla y simiente ajena, poco le puede ofrecer la vida su tiempo es como la espuma de la cerveza, igual que sube se baja, dejando el reflejo de lo que pudo ser pero nunca fue
Y aun a pesar que muchas veces por influencias y amigos puedan estar durante periodos largos hasta años en lugares representativos, se convierten en estandartes de representaciones sin voz personal ni propia... Tan solo son figuras de escaparate…
Más a pesar de esta reflexión analizadora de un día de agosto extraño con poniente y poco sol
Solo puedo decir que no siento nada más que lastima, por los que sin estar a la altura de las circunstancias toman puestos tan solo por aparentar, cuando hay tantas cosas por hacer en la vida y tantas personas que necesitan ser escuchadas, orientadas y atendidas.
Más alguna veces Dios parece que perdiera la dirección de esas personas que viven y están desamparadas esperando ser escuchadas, atendidas y orientadas, por aquellos que se tomaron las obligaciones sin buscar nada más que el escaparate de la vida.
Triste es ver, sentir y vivir en una nación vestida en gran parte de hipocresía, llevada y guiada hacia un camino desconocido para los señores que se denominan personas de responsabilidad y cargo.
Y lamentablemente en su mayoría pagados, por los costes de la nación, o mejor dicho por los españolitos de a pie “los trabajadores desatendidos.
Qué triste es vivir en una era de oportunistas y este señores es nuestro mayor mapa del presente español, la razón cotidiana del día a día – y a si nos va en esta España rota y quebrada. Desatendida y olvidada, y solos con nuestros problemas hacemos frente al día a día
Para cubrir las vidas de esos señores que tanto lucen en carteleras…
Por eso me pregunto y les pregunto-¿Que estamos haciendo y permitiendo?-
¿MI ESPAÑA QUE TE SUCEDE?—
Francis Gutiérrez “Francis Falcón”..
16-08-2016
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